Dopamina a $9.990: Cómo Tu Cerebro Decide por Ti
Mayo, 20256 min de lectura

Dopamina a $9.990: Cómo tu cerebro decide por ti

Sofía Maruri
Sofía Maruri
Dopamina a $9.990: Cómo tu cerebro decide por ti

¿Te has preguntado por qué las ofertas son $9.990 y no $10.000? Porque cognitivamente, nuestro cerebro registra el primer dígito y lo interpreta como "más barato", aunque la diferencia sea mínima. Este truco, conocido como efecto del dígito izquierdo, no solo es efectivo: es brillante. Hace que una compra se sienta como que le ganaste al sistema, aunque sea solo por 10 pesos.

Así de fácil es engañar al cerebro cuando no entendemos cómo funciona frente al consumo.

Cerebro impulsivo vs. cerebro estratégico

No soy científica ni experta en el tema, pero hace poco empecé a leer sobre cómo nuestras decisiones financieras (y emocionales) están moldeadas por procesos cerebrales que ni siquiera notamos. Entender, aunque sea un poco, qué zonas del cerebro se activan cuando compramos impulsivamente, y cuáles nos ayudan a pensar en el futuro, cambió completamente la forma en que miro mis propios hábitos.

De hecho, muchas veces no decidimos: reaccionamos.

Este blog no busca dar cátedra, sino compartir lo que descubrí: que muchas de nuestras decisiones no son falta de voluntad, sino el resultado de mecanismos que se pueden entender… y reentrenar.

¿Cómo funciona el cerebro impulsivo?

Diversos estudios sugieren que las decisiones de compra son impulsadas por respuestas neuronales automáticas, ligadas al sistema de recompensa ompuesto red de estructuras neuronales que se activan ante estímulos que nos resultan placenteros o gratificantes, liberando neurotransmisores como la dopamina, más conocido como el neurotransmisor de la felicidad.

Esa instantánea sensación agradable cuando comemos chocolate - puede ser papas fritas para los lectores con gustos más salados -, o encuentras lo que querías en oferta, es gracias a la dopamina. En contraste, la inversión y la planificación financiera estimulan áreas asociadas a la previsión y el autocontrol, generando una calma mental más sutil, pero duradera.

Hagamos el ejercicio con algo cotidiano; ponte en la situación que vuelves a tu infancia y tus padres te daban $500 para comprarte un helado (qué bonitos los tiempos cuando con $500 te alcanzaba), pero perdiste la moneda cuando ibas camino a comprar. ¿Que se siente más fuerte? ¿la emoción por comprar el helado, o la pena de haber perdido los $500?

Este tipo de sesgos cognitivos, junto con el estrés financiero y la salud mental, pueden llevarnos a gastar impulsivamente, evitar decisiones importantes o postergar inversiones. Todo esto refuerza lo difícil que puede ser, incluso con la mejor intención, priorizar el largo plazo en la vida cotidiana.

La anticipación placentera que sentimos al ver un producto en oferta es, en realidad, una reacción biológica: la dopamina nos motiva a obtener la “recompensa” lo antes posible. Es este circuito el que alimenta el impulso y la satisfacción momentánea que caracterizan al consumo instantáneo.

En cambio, la planificación financiera activa otro tipo de circuito cerebral. Aunque anticipar beneficios futuros también puede liberar dopamina, este proceso es más gradual y deliberado. La corteza prefrontal, responsable de funciones como la planificación, el juicio y el autocontrol, como señalan publicaciones en Nature Neuroscience y Neuron, es la gran protagonista.

Cuando evaluamos opciones de inversión, proyectamos metas y gestionamos riesgos, no buscamos una gratificación inmediata, sino una tranquilidad sostenida. Esa calma mental proviene de saber que tomamos decisiones alineadas con nuestro bienestar futuro.

Inversión accesible y cultura financiera

Es clave entender que nuestros hábitos financieros están moldeados por el entorno. La falta de educación financiera o vivir en contextos de inestabilidad refuerza el sesgo hacia decisiones inmediatas. Superar esto requiere herramientas prácticas, pero también un cambio cultural que valore la seguridad futura tanto como el disfrute presente.

En ese camino, soluciones como Wbuild no solo abren oportunidades de inversión: también activan el sistema prefrontal que nos permite proyectar el futuro con claridad, gratificación diferida y propósito.
Wbuild te permite acceder a capitales privados, facilitando el ingreso a mercados históricamente reservados para grandes patrimonios. Así, democratiza la inversión en activos de largo plazo y fomenta una cultura financiera más sólida.

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Sofía Maruri

Escrito por

Sofía Maruri

Creadora de experiencias que integran visión y rigor, fortaleciendo el camino hacia inversiones inteligentes.

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